Ya hace mil besos que no cruzas la puerta ya hace trescientas palabras que no te vas y cómo irse si aún no vienes a completar mil doscientos besos más. Ya son mil canciones que no recuerdas ya son cien poemas que escribí de como vuelves sin haber vuelto o de como muero sin poder morir.
Y es cierto que me falta una pluma para ser poeta o tres velas y dos suspiros de papel o quizás sean tus labios sabor a tinta o una palabra de tus ojos color miel.
De vez en cuando hay que hacer
una pausa
contemplarse a sí mismo
sin la fruición cotidiana
examinar el pasado
rubro por rubro
etapa por etapa
baldosa por baldosa
y no llorarse las mentiras
sino cantarse las verdades.