Respuesta :

Su importancia es evidente. La característica doctrinal de un sistema es como si estuviera en relación con su alma. Las características pueden ser diversas, más profundas y menos profundas, según que nos revelen uno u otro entre varios caracteres o que nos den una visión de conjunto de varios de ellos, o, finalmente, que nos manifiesten aquellos, más fundamental y más profundo, del cual se derivan todos los temas. Una característica del Tomismo en este último sentido nos manifestaría la esencia de todo el sistema. Pero esto sólo sería posible si lográramos indicar un principio del sistema tomista que, en primer lugar, sirviera de base científica a aquella rigurosa distinción entre teología y filosofía, que dio a la filosofía cristiana su autonomía; rigurosa distinción sobre la cual Tomás basó, al propio tiempo, la armonía entre la fe y el saber; en segundo lugar, un principio que en su desarrollo, caracterizara al tomismo ya en su nacimiento, en el siglo XIII, y lo que distinguiera de las otras corrientes espirituales que por entonces reinaban, haciendo, no obstante, justicia a las aportaciones de éstas en favor de la filosofía cristiana; un principio al cual, en tercer lugar, pudieran reducirse todos los más importantes puntos doctrinales y elementos metódicos de la filosofía tomista.